La Transmodernidad Musical (Diálogo primero)
- GarGon music media

- 28 may
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Tito: Después de todo este tiempo, ¿no te parece que estudiar la música es como tratar de atrapar un río con las manos? Cuanto más intentas agarrarlo, más se te escapa entre los dedos.
Jesús: Es cierto. Cada vez que profundizo más en la música, más consciente soy de mi ignorancia. Pero eso no debería desanimarnos. El conocimiento es un camino infinito, y cada paso que damos nos acerca un poco más a comprender su esencia.
Tito: ¿Su esencia? ¡Vamos! La música no es más que un conjunto de tonos organizados. Todo ese misticismo de la "esencia" es solo una construcción que hemos creado para sentirnos especiales, para justificar la importancia que le damos.
Jesús: Puede que tengas razón en parte, pero no podemos negar el impacto que la música tiene en nuestras vidas. Es un lenguaje que trasciende palabras y conecta con lo más profundo de nuestro ser.
Tito: ¿Acaso todo esto no merece ser estudiado y entendido de otra manera? Por ejemplo, ¿qué es tocar, qué es cantar, qué es componer?
Jesús: ¡Esa es una pregunta descomunal!
Tito: Bueno, creo que es una pregunta bien sencilla.
Jesús: Pues entonces te daré una respuesta sencilla. Creo que es una forma de ofrecer nuestro Ser al mundo, con amor incondicional, sin esperar nada a cambio. Como el amor incondicional de una madre a su hijo recién nacido. No te tienes de preocupar de nada más. Sin embargo, quizás tengas razón. Tal vez, antes de seguir tocando solos, necesitemos entender mejor lo que estamos haciendo, desmitificar esos conceptos que nos han enseñado y ver la música tal como es, sin adornos ni idealizaciones. Simplemente en dejarte aparecer, en florecer de tu ser, en manifestar tu verdad.
Tito: ¿Y por dónde empezar?
Jesús: Empecemos por lo más básico, por el Tono y, desde ahí, dejemos que nuestras voces internas dialoguen sobre cada aspecto que nos intriga y nos desconcierta.
Tito: Entonces, ¡sigamos dialogando! Como te decía: ¿para qué seguir tocando y componiendo? Cada vez que lo haces, ¿no sientes que estás siguiendo un guion ya escrito, repitiendo una y otra vez fórmulas preestablecidas en lugar de decir algo nuevo?
Jesús: No, porque cada experiencia es única e irrepetible. Como decía Herácito, no puedes bañarte dos veces en el mismo río. El agua del río cambia continuamente, por lo tanto, aunque parezca el mismo río, no lo es. Lo mismo ocurre con la Música. Piensa que es como nadar de forma placentera en la inmensidad del mar o por la ribera del río de Heráclito rodeado de peces, como te decía, sintiendo un amor incondicional por ese entorno, y asumiendo que habrá otros a los que no les guste nadar contigo, bien porque tu presencia les incomoda o porque no quieren nadar contigo. Aunque cuidado. Antes de adentrarnos en la playa o en la poza, necesitamos conocer bien donde nos estamos metiendo, para entenderla y disfrutarla en su plenitud. Por ello, tal vez sea hora de desmitificarla, de liberarla de las ideas preconcebidas que nos han enseñado, de pensar que es más de lo mismo.
Tito: ¿Y por dónde empezarías?
Jesús: No lo sé. Todo el mundo tiene una opinión, pero pocos tienen un verdadero criterio, sin importar si se tiene algo valioso que decir. Se ha perdido el valor de la reflexión profunda. Yo mismo siento que no tengo un verdadero criterio.
Tito: ¿Y dónde lo buscamos?
Jesús: Podemos intentar primero crear nuestra propia Secuencia de Tonos, aunque muchos dirán que ya existe, que es una extensión o una transformación de tal o del cual escala. Pero no te tiene que preocupar, porque has llegado a ella de manera natural, a partir de tu propia experiencia instrumental desde que empezaste a trabajar la improvisación pianística un buen día en el que se te olvidaron las partituras en aquel restaurante de Bremen donde trabajabas para ambientar las cenas.
Tito: ¡Hace casi 30 años! Qué recuerdos.
Jesús: Siento también mucha nostalgia de aquella época También es cierto que la democratización de la opinión ha generado mucha superficialidad, pero también ha permitido que más personas se acerquen a la música, que compartan sus experiencias y puntos de vista, lo cual enriquece el diálogo.
Tito: ¿Diálogo? ¿O ruido? Las redes sociales han convertido la crítica musical en un espectáculo vacío, donde la forma importa más que el contenido. Y en medio de todo esto, aquí estamos nosotros, cuestionando incluso nuestras propias ideas.
Jesús: Cuestionar es necesario. Es lo que nos permite crecer y entender mejor lo que hacemos. Quizá por eso decidí retirarme temporalmente de los escenarios como solista. Necesitaba distanciarme para ver las cosas con más claridad, para cuestionar el sentido mismo de hacer música.
Tito: Y aquí estamos, escribiendo un blog en lugar de tocar solos en público, como hemos hecho toda la vida. ¿No te parece irónico?
Jesús: Puede ser, pero creo que este blog es necesario. No para imponer verdades, sino para plantearnos preguntas que nos ayuden a liberar la música de los dogmas y a entenderla en su verdadera complejidad.
Tito: ¡Desmitifiquemos entonces! Hablemos de los mitos del talento, de cómo la tecnología y la inteligencia artificial lo está cambiando todo, cuestionemos la pureza de los géneros,
Jesús: Con calma… También podemos hablar de lo que hace que la música sea tan poderosa, de su capacidad para emocionar, para unir, para ser un reflejo de nuestra humanidad. Porque al final, desmitificar no es destruir, sino entender mejor. Y la Secuencia de Tonos, a la que daremos su nombre correspondiente, será nuestra rutina diaria de trabajo para cantar, para tocar y para componer.





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